Un camino para curar la mente

Tomaso Becerra
4 min readMar 21, 2021
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Mantener el orden en lugar de corregir el desorden es el principio máximo de la sabiduría. Curar la enfermedad después de que ha aparecido es como cavar un pozo cuando uno tiene sed, o forjar armas después de que la guerra ha comenzado. — Nei Jing, siglo II d.C.

Pero en nuestra vida, parece que nos enseñan lo contrario, primero cometer errores, aprender de ellos, y todavía podemos darnos el lujo de volverlos a cometer una y otra vez. Nuestro cerebro tiene la costumbre de hacernos caso, lo tenemos de alguna manera educado, y nos obedece de acuerdo a nuestros hábitos.

¿Cuántas veces no hemos escuchado? Ahora sí, mañana empiezo. Para la siguiente no me sucede lo mismo. Estamos inmersos en una serie de juegos entre perder y ganar, entre corregir lo que seguido hacemos mal.

Cuando queremos mejorar, nos preguntamos ¿Cómo realmente le hago para cambiar? Y la respuesta es sencilla, es una fuerza invisible, llamada voluntad. Y una obsesión sembrada en contra de nuestra corriente, que sólo dará fruto si decidimos todos los días, en todo momento no ceder a lo anterior. Pero para poder cambiar de raíz tenemos que tener un plan, un objetivo, metas que nos ayudarán a no cometer los mismos errores. Se necesita convicción, orden, y ordenar al cerebro la nueva acción.

La principal función del cuerpo es llevar el cerebro a cuestas. — Thomas A. Edison.

Como corredor de montaña, te puedo decir, que es difícil llegar a gozar el esfuerzo de subir cuestras una y otra vez. Porque el cuerpo se resiste, tiene una incercia de movimiento contrario a la exigencia de moverse cada vez más rápido en grandes inclinaciones, porque la fuerza gravitatoria de la Tierra nos tiene atrapados, porque nos acelera cuando saltamos en dirección opuesta. Y esto es muy importante, porque si no, los mares se irían volando, y la vida misma no existiera.

Pero es cierto que la principal función del cuerpo es exigirle al cerebro en darle respuesta. Si dormimos profundamente, el cerebro descansa. Si hacemos ejercicio intenso, el cerebro contesta con endorfinas y los químicos necesarios para que el cuerpo se restablezca. Nuestra máquina es perfecta, el ADN a logrado evolucionar en esta maravillosa forma que nos permite ser sensibles a la vida, y tener increíbles respuestas.

Si nosotros cometemos el error de no exigirle al cerebro, de no ejercitarlo, de no ocasionar esa plasticidad capaz de mejorar; el cerebro se atrofiará, se ralentizará, se morirá sin llegar a su máxima expresión y capacidad. Pero para ello necesitamos usar nuestra inteligencia, y cambiar muchos hábitos de alimentación, comportamiento y sedentarismo, que parece que alimentan rápida y fácilmente, pero en realidad enferman.

Dime qué comes y te diré quién eres. — Anthelme Brillat-Savarin (1755–1826)

Es increíble esta aseveración pero cierta. Todo depende de lo que comemos y bebemos. Estamos en una verdadera encrucijada todos aquellos que no hemos tenido una educación nutricional, deportiva, y de nuestro comportamiento mismo. Tenemos una tarea grande e importante aquellas personas que quisieramos entender porque nuestros ancentros eran longevos. Tenemos que ser conscientes de cómo queremos sentirnos a diario, y en que calidad estaremos durante los años que tengamos vida. No es sólo tener buena madera o selectos genes, sino también entender porque actualmente hay tantas enfermedades degenerativas. La respuesta está en toda la basura que consumimos todos los días, porque los humanos nos hemos complicado la existencia por la mercadotecnia, por el negocio de las grandes empresas.

A nivel evolutivo, nuestros ancestros sólo tenían acceso al azúcar de la fruta de temporada (durante la época de cosecha que duraba pocos meses) o de la miel, la cual era protegida por las abejas. No obstante, en años recientes, a casi todos los alimentos procesados se les ha agregado azúcar, limitando con eso las opciones de los consumidores. La naturaleza hizo que el azúcar fuera difícil de conseguir, pero el hombre lo hizo simple. — Doctor Robert Lustig

El cerebro es un sistema mucho más abierto de lo que habíamos imaginado. La naturaleza ha hecho mucho para ayudarnos a percibir y entender el mundo que nos rodea al darnos un cerebro que sobrevive al universo cambiante haciendo cambios en sí mismo. — Doctor Norman Doidge, autor de el cerebro se cambia a sí mismo.

Por norma, los hombres se preocupan más de lo que no pueden ver que de lo que sí pueden. — Julio César

Ayuno para mantener una mayor eficiencia física y mental. — Platón

Termina cada día antes de empezar el siguiente, y coloca entre ambos un sólido muro de sueño. — Ralph Waldo Emerson

En casa sirvo el tipo de comida cuya historia conozco. — Michael Pollan

Un camino para curar nuestro cuerpo y mente no es nada sencillo. Es como un laberinto, en donde no podemos ver a simple vista cual es el mejor de todos para obtener la calidad que pocos merecemos. Debemos aprender en el camino, y nuestro cuerpo es sabio, así que nos ayudará a regenerar lo que le hagamos hecho por algún daño. Sin embargo, es sensible y tiene sus límites. Recuerda que somos fragiles y vulnerables a toda la contaminación que nosotros mismos creamos.

El camino para curar nuestra mente es un excelente reto para mantenernos alerta y contentos de querer mejorar con tantos obstáculos.

Tenemos que desarrollar nuestra capacidad critica y análisis científico para poder investigar por nuestra cuenta que es lo que nos hace bien o mal en esta vida degenerativa.

Puedes empezar por el libro del Dr. David Perlmutter llamado “Cerebro de pan” e investigar más sobre el tema en su página https://www.drperlmutter.com/. El cuál ha sido una motivación para escribir este pequeño artículo, y seguir en la búsqueda constante de mejorar nuestra calidad de vida.

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